Solamente teniendo presente que cualquier aplicación del sentido común al proceso del Brexit no es factible, se puede entender que el Reino Unido elija ahora a sus representantes en el Parlamento Europeo. No se entiende que alguien que ha anunciado su salida y fijado una fecha límite, siga queriendo estar en las instituciones europeas. Su voto pueda ser decisivo para la elección de los miembros de la Comisión Europea contra la que ellos mismos están negociando. Esperemos que dichos parlamentarios no se conviertan en un caballo de Troya dentro del seno de la Unión Europea.
Luis Martínez-Almoyna Rifà
Director de Fiadex