Este nuevo límite al pago de €1.000 en efectivo obliga a los ciudadanos a tener que usar todavía más los medios bancarios para el pago de productos y servicios. Además de ser una medida que complicará la operativa de muchas transacciones como el pago en hoteles o viajes, esta medida implica una mayor dependencia hacia el sistema financiero al que se le proporcionará ingresos adicionales. Si el Gobierno nos obliga a utilizar a las entidades financieras, entonces debería velar aún más por la solidez de las mismas y garantizar sin límite los ahorros de los depositantes.
Luis Martínez-Almoyna Rifà
Director de Fiadex