Se constata que la decisión emocional y no racional que hizo que el Brexit se impusiera en el referéndum tiene consecuencias negativas. La lógica siempre se acaba imponiendo (si bien, en algunas ocasiones con retraso) y el Reino Unido está asimilando que es mejor un Brexit suave que un no acuerdo con la Unión Europea. Theresa May tendrá dificultades en formalizar un acuerdo con la Unión Europea y a la vez contentar a sus partidarios. Desde fuera parece que ambos ministros dimitidos han aprovechado para saltar del barco antes de la constatación del fracaso de un Brexit duro.
Luis Martínez-Almoyna Rifà
Director de Fiadex