Los grandes ahorradores ya han pagado rescates anteriores pero vía fórmulas más sutiles y no tan explícitas como la confiscación directa de una parte de sus depósitos. Estas medidas no incentivan la cultura de esfuerzo y ahorro entre los ciudadanos. Sobre todo, se echa en falta la accountability de los responsables políticos y reguladores que han conducido a esta situación. No circunscrito a dimisiones sino a su potencial responsabilidad económica personal por las decisiones tomadas. Una quita directa a estos pecadores les obligaría a meditar más sus futuras decisiones.
Luis Martínez-Almoyna Rifà
Licenciado en ADE & MBA por ESADE
Director de Fiadex